Livianas, transparentes, refrescantes, pequeñas y delicadas. Así son las gotas de agua que Zuhair Murad ha decidido tomar como inspiración para su colección primavera 2015 pensada para una mujer que apuesta por el lujo, la seducción y un gusto exquisito por el cuidado de los detalles.
Un auténtico espectáculo de prendas que parecen gotear gracias a abalorios, cristales y brillos que convierten a la silueta femenina en la personificación de la elegancia y la sofisticación. Bordados ondulados, plegados alrededor de la cintura, cascadas, remolinos de tul en hombros y escotes y corpiños que recuerdan las siluetas de las sirenas. Formas y patrones bajo una misma influencia que, no obstante, hacen de cada pieza algo único y exclusivo con bordados sobre organza de seda de flores en tonos pálidos, como el melocotón o el azul bebé, que se fusionan con los colores bases de los vestidos.
Prendas de cóctel que marcan la figura femenina con mangas delicadamente adornadas, versiones maxi para ocasiones especiales que incluyen capas y cinturones dorados, cinturas marcadas, volúmenes tratados minuciosamente… Una colección de ensueño que se suma a las anteriores para crear un registro que forma parte de la identidad y la filosofía de la casa: un mundo de fantasía que el diseñador libanés ha perseguido desde su infancia, donde evadirse de la realidad y crear un universo paralelo donde solamente hay espacio para la belleza. Algo que le ha hecho convertir los bocetos que dibujaba desde que tenía 10 años en el mayor referente de Alta Costura de las pasarelas internacionales.
Agua, un entorno mágico convertido en un símbolo no solo de glamour, sino también de madurez y sensatez, características básicas del legión de seguidoras de Murad. Auténticas gotitas…
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