¿Acaso hay alguna forma de ver la vida con más elegancia y glamour que en blanco y negro? Porque si las formas de Bette Davis y Joan Crawford cobraban vida gracias a la combinación de los tonos que hacían las delicias del cine de aquella época, en pleno siglo XXI la mezcla del black&white es sinónimo de estilo y sofisticación, dos pilares fundamentales para sostener el peso que todavía supone la representación de lo sencillo a través de las pautas correctas.
Un arte del que IKKS hace gala en su última campaña para la próxima estación. La pimavera será la espectadora de toda una película filmada en el contexto del mundo de la moda y la discrección que supone el prêt-á-porter de la firma, que, con un acento mucho más trendy y parisino de lo habitual, ha optado por combinar lo desapercibido con lo decisivo a través de diferentes rostros muy conocidos en la industria que pasan a formar parte de la historia de la marca gracias a Mark Segal, fotógrafo americano afincado en Los Ángeles, quien ha hecho de sus ya icónicas fotografías en blanco y negro el reflejo de las principales publicaciones del mundo.
Los tejados de París se convierten en testigos de unas instantáneas tomadas en el barrio número 10 de París, el lugar de moda en el que la arquitectura aclamada, las luces y los reflejos de la capital más vibrante y sorprendente de Europa conectan a la perfección el estilo contemporáneo y dinámico de IKKS.
Para darle forma, Camille rowe-Pourcheresse, top model francesa y Felix Gesnouin, joven promesa que se ha convertido en uno de los nuevos nombres de las pasarelas internacionales, aportan el enfoque perfecto con toques rockeros y bohemios encargados de asentar el concepto de lo auténtico y la sofisticación.
Dos definiciones que, junto a premium, se suman a una de las marcas más punteras para la próxima temporada…
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