Steven Klein es el responsable de las sugerentes imágenes que nos acercan a la primavera según Balenciaga y sobre el cuerpo de Sasha Pivovarova; tanto la campaña como la propia colección resultan sorprendentes por su paleta de color.
La primavera suele ser el momento en el que las colecciones de moda sacan el arcoíris a relucir y, en consonancia con la floración de la naturaleza, llegan a poner de moda hasta los mismísimos tonos flúor; Balenciaga, maestro del estilo y la elegancia, renuncia a esta explosión colorista y presenta una campaña de fondo minimalista y helado en la que el negro y el blanco se convierten en testigos mudos y discretos de unas propuestas de moda innovadoras, sugerentes y bellísimas.
Transparencias, tejido enrejado con diferentes niveles de tupido y largos a pierna completa que, entre transparencias y enrejados, a veces sugieren el cuerpo y en otras ocasiones lo muestran; corte campana en frescos y sugerentes abrigos primaverales y los complementos a juego, bolsos muy Balenciaga y las irrenunciables gafas de sol.
Con esta colección la firma del que fuera, y cabe que sea todavía hoy, el modisto de alta costura español más importante de todos los tiempos, mantiene viva la excepcionalidad creativa que la convirtió, junto a Chanel o Dior, en emblemas de la belleza en el vestir y símbolos de un estilo de vida glamouroso y de París.
El actual responsable, que lo es desde 2012, de mantener a Balenciaga como referente de la moda y la alta costura es Alexander Wang, el conocido como niño prodigio de la moda americana y, antes que él, fue Nicolas Ghesquière, hoy al frente de la dirección creativa de Louis Vuitton, quien se ocupó durante 15 años de ese mismo cometido. Innegable el buen hacer de ambos e innegable también la belleza de la primavera de Wang para Balenciaga.
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5
-
6
-
7
-
8
-
9