Versace es una firma que se lleva impresa en el corazón, pero Bella Hadid también lo lleva tatuado en la piel. En una posición estática la bella modelo es tatuada en un brazo, con el logo de la firma. Cuando la cámara se vuelve observamos que el tatuador no es otro que Donatella .
Una alegoría, una metáfora de la fidelidad que la firma causa entre sus seguidores, una escenificación de cómo la firma se quede impresa dentro de nuestros deseos de lujo. La campaña de primavera-verano de 2019, es inmortalizada por Steven Meisel, como una muestra del vínculo que une a la familia Versace; un recuerdo imborrable de que para Versace las conexiones son eternas, como la tinta en la piel.