La moda también respira. Lo hace a través de leves suspiros que escapan de los que se sientan frente a ella con el título de ‘doctores’ con el fin de observarla y criticarla. Una tesis de primera que, en demasiadas ocasiones, suele alejarse del alma del diseño para zambullirse de pleno en la superficie de sus faldas.
Para evitar antítesis entre los presentes, Devota&Lomba nos ofrece una síntesis de lo que supone el comienzo y el fin…
Con las flores como punto de partida, la firma española nos presenta una primavera cargada de vida y feminidad compuesta por satén, gasas y popelín de algodón pintado. La madurez se representa en el sastre minimal, con patrones clásicos y uniformes, tanto en trazos como en colores, para representar el punto álgido de la serenidad y el confort.
Todo ello sobre prendas orgánicas y ligeras, propias de la próxima estación, que jugan con ligeros espacios generados por las superposiciones y los pliegues discretos.
Propuestas orgánicas para reivindicar que hay algo en la moda que vibra y palpita; algo que comienza y que, por desgracia, al igual que la vida, suele encontrarse con finales poco agradables y menos justos…
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