La firma Alexander McQueen continúa el legado de su fundador -tristemente fallecido en 2010-. La firma presenta una colección muy femenina y delicada, pero con el toque siempre transgresor que Alexander imprimía a todos sus diseños.
Alexander McQueen siempre fue considerado como “l´enfant terrible” la moda británica y ahora la firma parece que ha suavizado más su estilo; un toque más suave y femenino pero siempre con detalles muy audaces.
Para esta campaña veraniega se buscan unos escenarios muy románticos –como la propia colección-, en la que las modelos se fotografían en escenarios frente a grandes ventanales con vistas al mar. Unas imágenes en las que las olas lamen la orilla de la playa y sueltan un baño de espuma.
Tres modelos protagonizan la campaña: Vivien Solari, Felice Noordhoff e Imaan Hamman y tras la lente el fotógrafo Jamie Hawkesworth. En unas escenas llenas de delicadeza y sensualidad, se da la clave de las propuestas veraniegas: el binomio blanco y negro, los volantes y las gasas y las extravagantes mangas jamón.
Los vestidos tiene movimiento y sensibilidad gracias a la delicadeza de las telas y al vuelo de las faldas y siempre marcando figura gracias al propio corte o a los grandes cinturones de piel. Las mangas se crecen con diseños abullonados que le aportan volumen en los hombros.
Los trajes se reinventan con cortes en la cintura evocando los chaqués. Debajo de las chaquetas, asoman las blusas como faldones. Otra propuesta es combinar los vestidos más festivos con americana; una opción que cada vez está triunfando más en los eventos y ceremonias.
Las líneas elegantes y románticas son la apuesta de McQueen para la estación veraniega que está a unos meses de distancia.
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