Zara lo ha vuelto a hacer una vez más, ha contado con la cámara de Steven Meisel para su nueva campaña de otoño. Meisel ha tocado con su varita mágica las prendas de Zara y a través de su objetivo ha conseguido que la campaña parezca de una firma de lujo y no de una firma low cost.
Las imágenes son poderosas; las modelos se recuestan relajadas en lujosos divanes de otomán y terciopelo sobre mullidos cojines. Las escenas parecen sacadas de un cuento de las mil y una noches. Las prendas están inspiradas en Oriente: caftanes, conjuntos fluidos de chaqueta y pantalón de seda anudados a la cintura y turbantes en el pelo.
Una paleta de colores muy otoñal que tiene el color negro de fondo con un toque dorado y tonos granates. Los estampados son protagonistas de la campaña y también los grandes complementos: collares, pendientes y ostentosas pulseras.
Zara apuesta por vestidos largos, fluidos pantalones y casacas, faldas maxi y chaquetas entalladas a la cintura. Los cinturones cobran protagonismo y tienen enormes habillas de colores repujadas en piedras de colores.
Las modelos de la campaña son: Meghan Collison, Lexi Bolling, Kris Grikaite, Blesnya Minher, Julia Nobis, Karolin Wolter y Fei Fei Sun. Pero el gran protagonista es Steven Meisel, que dota a la campaña de una lujosa estética que produce el engañoso efecto de confundirnos con una firma de lujo. El invierno está llegando y lo dice Zara.
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