Dicen que siempre ha estado ahí, incluso antes de que llegásemos los demás, como si hubiese esperado una eternidad con el fin de que todo saliese bien. Brillando, coqueta, para que la sensación siempre fuese de grandeza en el caso de que algún despistado apareciera de imprevisto antes de tiempo; como si algo mágico se escondiese detrás de su excentricidad…
La colección prefall 2013 de Carolina Herrera no solo es perfecta por sus ya clásicos trazados, capaces de transformar lo aburrido y obsoleto de lo tradicional en una arquitectura impecable, sino por la temática y el sentido que aporta a una temporada cargada de misterios, a medio caballo entre los últimos rayos del sol y las primeras brisas frescas del otoño. Los grandes secretos de la luna impactan en vestidos, faldas y blusas que, como por arte de magia, capturan en seda, gasa y organza todo un universo de sofisticación, elegancia y madurez. Por otra parte, la inspiración geométrica y floral destaca sobre trajes de chaqueta y vestidos, largos y cortos, con colores vibrantes que se entremezclan con los tierra, típicos del ‘prefall’.
Una propuesta que dota de carácter a una de las temporadas más anodinas del año y que impregna de personalidad a la figura femenina. Y es que solamente Carolina es capaz de convertir el desconcierto del otoño en una adorada sensación de bienestar y misterio.
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