A veces se me para el cerebro. Dicen que funciona así. Le llaman déjà vu o paramnesia y viene a referirse a esos extraños momentos en los que parece que ya has estado, como si los hubieses vivido tiempo atrás. Rarezas de la mente.
Cuando abrí el catálogo de Caramelo sentí esa misma sensación, como si ya lo hubiese visto antes y eso, al menos en lo que a moda se refiere, no es muy aconsejable, pese a los ciclos periódicos en los que se mueve el sector y las tendencias en general. Me encontré a una mujer con cierto aire Calvin Klein -made in Spain (of course)-, en lo que a líneas rectas y sobrias se refiere, que hace del blanco y del negro su fondo de armario para la noche y se apunta al pastel más anaranjado para la tarde, ya sea en vestidos o en outfits más casual, en los que no falta el denim y la chaquetita de tweed estilo Chanel, tan clonada por las marcas esta primavera-verano. La chica Caramelo se viste con siluetas tanto holgadas como ladylike, remarcando cintura-de-avispa-muy-años-50, y combina a la perfección, eso sí, los looks más casual con los más formales, aunque sin innovar.
Por su parte, el hombre Caramelo me recuerda a la Little Italy de las películas. Pantalón ancho de pierna y americana amplia. Recupera el cuello mao, retoma los cuadros en las camisas y el jersey al cuello. Lo dicho, una colección de básicos que no apasionan, pero bien combinados pueden surtir efecto.
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