La hija rica (por eso de ponerle un mote) de la cadena sueca H&M, véase COS, nos presenta para este caluroso verano una colección urbana, con ligeras reminiscencias green. La casa nórdica reinventa sus patrones más modernistas y les añade un toque preppy, edulcorando sutilmente las líneas geométricas y cortes académicos a los que nos tiene acostumbrados.
Entre las tonalidades más destacadas de la colección, se encuentran gamas vibrantes en blancos nucleares, azules petróleo y grises metalizados, que recuerdan a las zonas industriales del norte, donde lo cosmopolitan se fusiona casi por obligación con la comodidad.
En contraposición, COS apuesta por texturas más delicadas que imitan una naturaleza perdida entre calles demasiado gélidas y grises. Hay algo en esta colección que me hace pensar en el último bastión socialista de “Good bye, Lenin!”, en las paredes cubiertas de papel pintado, en el algodón de azúcar y en los chicos con pantalones tobilleros. De hecho, así es cómo la firma les viste a ellos, con bajos de este estilo y vaqueros entallados de cintura alta, rollito americano-guay.
La hija rica sabe hacer las cosas y así lo viene demostrando desde que apareció en escena en 2007 y nos dejó a todos deseando ser diseñadores cool, de esos que aprecian la calidad de lo diferencial y escuchan vinilos.
Galería de imágenes
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