La firma Loewe tuvo su origen en un taller de marroquinería de la calle Echegaray de Madrid, a mediados del siglo XIX. En 1905 el rey Alfonso XII le otorga el título de Proveedor de la Casa Real, a partir de este momento comienza su expansión por territorio español. En 1987, Loewe llega a un acuerdo con el grupo LVMH, para reforzar la expansión internacional de la firma. Actualmente es considerada una de las firmas de lujo internacional más reconocida.
Desde 2014 el director creativo de la firma es Jonathan Anderson y su carácter se percibe en todas sus colecciones. En esta ocasión Anderson piensa en un espacio en el que lo orgánico se funde con lo industrial, las pieles mejor curtidas se convierten en prendas de diseño exquisito y mejor manufactura.
La austeridad no está reñida con el lujo; prendas austeras de una calidad tan impactante que saltan de las propias fotografías. Abrigos formados por paneles de piel, unidos por pespuntes, se adornan con flecos de astracán en cuello y puños. El mismo astracán adorna bajos de sobrios vestidos de pata de gallo en tonos blanco y negro.
Los accesorios son un pilar fundamental para Loewe y en esta colección tienen gran protagonismo. Los guantes: largos hasta el codo en piel de serpiente –un canto al glamour de los años 20-; botines y sobrios zapatos negros –con apariencia de espardeñas, anudados con cintas en el tobillo- y pequeños bolsos de mano, que aportan el toque sofisticado y femenino.
Lujo, austeridad, sofisticación y las pieles de mayor calidad son la base de la nueva colección de Loewe. Tonos neutros para una colección que lleva el sello inconfundible de la Maison.
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