Me enamoran las mezclas. Soy de esas personas que las admira; de las que opina que, detrás de tantos matices diferentes, hay algo en común que permite hacer cosas geniales. Eso sí, a mi me encantan, pero desde la lejanía. Porque no todo vale para ir luciendo palmito y gritar a los cuatro vientos que una vive felizmente ‘casada’ con el estampado. En el mundo de la moda se aceptan muchas cosas pero muchas otras no.
Pero el asunto cambia cuando a esta tendencia se le da una vuelta de 180 grados. Precisamente es lo que ha hecho Gerard Darel: una colección con una personalidad muy definida que, poco a poco, nos permite mezclan diferentes propuestas para lucir durante este invierno.
Los sesenta no podían faltar en la colección del diseñador francés. Los cortes gráficos en vestidos, abrigos y capas se suavizan con tejidos como la seda sobre camisas inundadas por el estampado leopardo, floral y cuadros. Estampados que cuentan con tonos apagados, como el gris, el negro y el caqui. Pero no todo queda aquí. El color inunda túnicas de seda, pantalones de algodón y vestidos de cuero de dos tonos.
Encaje, esmoquin, cuero… Todas las tendencias del momento con el fin de ensalzar la figura femenina. La falda de tubo y la gabardina se modernizan para vestir a la mujer del siglo XXI con elegancia reinventada.
¿Listos para mezclar?
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