Dicen que el tiempo siempre está marcado por el bullicio de la vida urbana, escapándose a través de rutinas que, finalmente, son las responsables de establecer el estilo y las tendencias del momento. Por eso una escena de la ciudad es la protagonista de la última campaña de Etro para el próximo otoño-invierno 2014, en la que un balance de luces y sombras arropan unas propuestas que cuenta con una armonía de tonalidades cromáticas que se entremezclan con adornos folclóricos pintorescos y toques del clásico white&black.
Las texturas pasan así a convertirse en las protagonistas de la última propuesta de la firma, en la que los estampados y los bordados cobran vida sobre piezas tradicionales, como son blusas, camisas, vestidos y abrigos que se transforman en auténticas piezas de arte coleccionables que hacen un pequeño recorrido por el mundo gracias a la inspiración de diferentes tribus y continentes para unir exclusividad, lujo y sofisticación. Así, las prendas se convierten en tesoros multiculturales que adornan por sí solas cualquier look o outfit a través del dominio de artes tradicionales, como son el Paisley, la elegancia inglesa o el toque nórdico.
Para ello, la superposición de las telas es fundamental, otorgando volumen y movimiento a cada una de las propuestas. Así, las siluetas adquieren dinamismo y energía, un concepto clave para todas las colecciones de otoño-invierno, en las que los colores neutros deben realzarse para evitar lo monótono y rutinario, asemejándose a un viaje a través de diferentes mundo con el que se da pie a una fusión de influencias y contrastes que aporta un elemento imaginativo a la legendaria ruta de la seda…
Una vida urbana que Etro se encarga de transformar en una pasarela que recoge lo mejor de la historia para transformarla en una colección con la que vivir los próximos meses con un estilo cosmopolita, urbana y 100% legendario.
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