La dolce vita abría la década de los sesenta en el cine anticipando los que serían unos años convulsos, de grandes cambios y novedades; de empezar en el glamour de los 50 con su estilo tranquilo, cuidado, sin estridencias... para terminar en Woodstock, en cortes hippies y arcoiris de colores... con Joan Baez, embarazada, cantando a la vida y Joe Cocker por los Beatles.
Entre toda esta evolución de las faldas a media pierna a llevarlas volando, al suelo y a lo loco o recortarlas hasta convertirlas en minis o shorts, Fay se queda este verano con sus estampados: prints con dibujos geométricos y juegos de color que son tan sello y firma de los sesenta que se reconocen al primer golpe de vista.
Tan icono son de esa década la elegancia de la Hepburn y Jacky o la sensualidad de Brigitte, como las minifaldas de Mary Quant o sus pantalones de campana, como lo fueron y son ellas mismas y como estos estampados geométricos, coloristas y elegantes... en definitiva, sesenteros.
Acompañando a estos prints, un look absolutamente sixty: gafas para esconderse tras ellas, vestidos de media pierna, tacones altos, shorts mínimos y color... rojos, verdes y azules llenos de luz y de vida, de verano del 68, Woodstock del 69 y, también ¿por qué no? de un concierto de los Beatles.
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