A la vista de la campaña de otoño de Michael Kors, hemos recordado a Mario Vargas Llosa y su mítica novela La Ciudad y los Perros, una obra que tiene poco que ver con los canes (en ella los 'perros' son los cadetes de tercer año en una academia militar) pero así, a simple vista, ante la urbe y los canes, el subconsciente nos juega una de las suyas y no lleva a la literatura... claro que ¿no es eso lo que pretenden provocar las gentes de la publicidad y el marketing? crear vínculos con sus clientes potenciales, tocarte el alma de uno u otro modo para que la imagen que te muestran quede para siempre grabada en tu retina y a nosotros esta campaña no se nos olvidará jamás porque no sólo nos hace pensar en el mundo de las mascotas sino en la literatura buena.
Y una vez nos hemos perdido por los vericuetos de los recuerdos que una imagen puede despertar en nosotros, nos fijamos en lo que Michael Kors quiere enseñarnos, sus propuestas de otoño: mucho burdeos y verde tuquesa, volantes y algo de terciopelo además de algún que otro estampado floral de toque otoñal, sobre fondo negro; el otoño de Michael Kors tiene esa elegancia sutil que lo caracteriza, algo así como la belleza del que es guapo (o guapa) y no lo sabe pero, en realidad, no sólo lo sabe sino que además lo explota, eso hace Michael Kors, explotar la esencia de su estilo para convertir al otoño que acaba de llegar en la estación más glamourosa del año.
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