La icónica firma de moda italiana Dolce&Gabbana nos lleva de paseo por las calles de Milán. Como nos tiene últimamente acostumbrados, las escenas cotidianas y típicamente italianas, son el escenario perfecto para lucir la ropa de la Maison.
Quizá por el contraste que supone la suntuosidad de las propuestas de Dolce&Gabbana y la cotidianidad de las escenas de la vida diaria; las campañas siempre son impactantes. Al final es una metáfora de la moda actual, esa mixtura entre lo lujoso y el low cost, las prendas más sofisticadas y el denim, los abrigos y las sandalias.
En todo caso, las campañas de Dolce&Gabbana siempre causan el impacto buscado y en esta ocasión no podría ser de otra manera. Para esta puesta en escena cuenta con unas protagonistas de excepción: Guilia Maenza, Chiara Scelsi, Cheyenne Maya-Carty y Meghan Collison y todos los extras que se encuentran por la calle y que se muestran encantados de participar.
Dolce&Gabbana nos presenta una moda otoñal impactante, como lo son sus propuestas. Rodada como un circo callejero, las modelos se pasean entre equilibristas, lanzadores de llamas y hombres forzudos. Unas prendas con los característicos estampados de Dolce&Gabbana, entre brocados y perlas y ahora también las capas con ribetes de visón.
El negro más absoluto y el níveo blanco: prendas para asistir a un entierro de una película de Fellini y el blanco de una novia. Tonos neutros frente a impactantes destellos de color: fucsia, rojo, amarillo azafrán y azules intensos.
Una colección que combina piezas absolutamente sobrias y estructuradas, con la fantasía de capas de tul y pieles de colores. Dolce&Gabbana no deja indiferente a nadie. Preparémonos para este otoño-invierno.
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