Quizá las colecciones Resort son un poco la salvación del espíritu. Ese espíritu que se va marchitando cuando, estando a punto de comenzar el verano, las firmas se empeñan en mostrarnos lo que van a imponer para el próximo invierno. Sí, imponer. Porque la moda puede ser flexible, pero se impone.
Pues en mitad de esta hecatombe atemporal los genios deciden mostrarnos la luz con las conocidas pasarelas Crucero, esas que destacan por su diversión. Y otra vez sí, diversión, porque si este elemento desapareciese, dejaría de tener sentido. Sino que se lo pregunten a Carolina…
Si hay algo que destaque en esta colección es, sin duda alguna, los estampados. Las siluetas de gasa se convierten en un lienzo donde dibujar liebres a la carrera y apasionados ‘amantes’ que, una vez más, dan lugar a piezas que destacan por su perfecto e indestructible clasicismo. Y es que Carolina Herrera presenta una colección Crucero 2013 para los amantes de la sensualidad tanto durante el día, con prendas en algodón, como para la noche, con patrones voluminosos.
La diseñadora venezolana se alía con materiales como la gasa y el georgette para otorgarnos una sensación de meticulosidad que nos transporta hasta la elegancia pura, esa que confía en la feminidad y huye del protagonismo absoluto, haciéndonos recordar pequeños destellos de la moda de los 50.
La ligereza se impone en vestidos y faldas a través de formas estructuradas y el encaje francés hace sus veces en pequeños detalles o adornando prendas por completo. En cuanto a colores, desde el cayena hasta el frambuesa, la paleta de tonalidades se despliega sobre estampados ingeniosos que permiten una multitud de opciones.
Y así es como Carolina decide sorprendernos y hacer de su colección Resort aquello que, en cualquier ocasión, debería ser: exquisitez y diversión.
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