Me doy cuenta de que lo único que hago últimamente es hablar de arte. Quizá sea mi eterna lucha por llamar a las cosas por su nombre, quién sabe. Repetitiva o maniática, el asunto es que cuando uno se sienta a contemplarlo no tiene más remedio que abandonarse a él y verlo pasar.
Cuando hablo de arte no hablo de algo grande, sino de algo sencillo, claro y evocador. Algo que te sujeta por los hombros y te arrastra firme pero delicadamente por donde quiere, provocando ‘cosas’. Esas ‘cosas’ es el arte de sentir….
Cuando uno ve un desfile de Juan Vidal tiene claro que para disfrutar de ese arte del que tanto se habla no hay que ir muy lejos. Porque para crear una ‘mujer’ a través de una serie de prendas al menos hay que tenerlo. El diseñador alicantino nos presenta a Chrystine como propuesta para introducirnos poco a poco a la próxima temporada. Pero lo hace a su manera, con delicadeza y un blanco absoluto que tiñe de elegancia piezas de cortes limpios y geométricos.
El diamante se impone en vestidos a través de transparencias, pliegues y bordados que destacan en pequeños detalles como escotes o bolsillos en forma de lágrimas. El blanco acaba cediendo el paso ante el beige o el azul cielo, otorgando un aire más sofisticado a las prendas que, en cualquier caso, continúan con patrones impecables a través de los cuales el equilibrio y la forma toman vida propia.
Señores, esto es el arte…
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