En la villa medieval de Solomeo, en pleno corazón de la región de Umbría, donde la tranquilidad y el sosiego de la campiña italiana evocan la filosofía del “ora et labora” y el misticismo de San Francisco de Asís, un artesano del diseño –Brunello Cucinelli- puso en marcha su particular sueño: una empresa humanista donde el equilibrio, la belleza y la pasión por el trabajo bien hecho fueran sus únicos motores.
Así nació Brunello Cucinelli. Una compañía modelo en cuyos talleres –instalados en la vieja fortaleza del s. XIV– se teje con armonía artesanal toda la calidad de la firma y cuya espiritualidad se percibe en cada puntada, en cada costura… Pero, ¿cómo se conjuga la tradición, la filosofía franciscana y el legado cultural del humanismo italiano con el modelo económico actual y la vanguardia del diseño? En Solomeo lo saben bien.
Cultivar la belleza, preservar nobleza, conservar la emoción… Estos son los secretos de todas las creaciones de Brunello Cucinelli que esta temporada vuelve a sorprendernos con una elegantísima colección masculina plena de combinaciones asombrosas cuyo resultado, un crisol de culturas y sensaciones, revela tanto sus profundas raíces italianas como su incesante búsqueda de inspiración en diferentes civilizaciones.
Cárdigans y jerséis de cachemir, trajes a base de estampados clásicos típicos de la más ilustre sastrería británica –príncipe de gales, pata de gallo, cheviot– o el suave madrás de la India empleado en las camisas se conjugan a la perfección con abrigos de corte moderno, chaquetas y chalecos acolchados y un calzado único, cómodo, elegante e indestructible apto para el día a día y cualquier ocasión extraordinaria. Tonos naturales salpicados de borgoña y toda una gama de azules, líneas depuradas e impecables diseños de corte estilizado marcan la silueta de un hombre moderno, refinado, con estilo.
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