Las propuestas de Pepe Jeans para vestir a los más pequeños de la familia cabe que sean, para nuestros padres, rompedoras, disonantes, discordantes y hasta impropias pero para nosotros, y para nuestros niños, vienen siendo las más propias.
Propias de pequeños de hoy, de esos que muerden la vida antes de empezar a hablar y a caminar porque se zambullen en su propio entorno y su propio espacio, lejos de los mimos de mamá, desde ese mismo tiempo; son niños cuya personalidad se forja a golpe de realidad medida y controlada, cuya curiosidad tiende a verse alentada y siempre insatisfecha, no porque no reciban respuestas o no las comprendan sino porque cada aprendizaje desencadena curiosidades nuevas.
Y es que estos niños de hoy en día te miran resueltos de arriba abajo, se observan a sí mismos y te sueltan, ni cortos ni perezosos, un ‘no quiero ser diferente’; y tú sabes que no se trata de que su individualidad se diluya, no, la conciencia de sí mismos es, a los 5 años, absoluta; de lo que se trata es de sentirse parte del mundo que viven, de saberse vestidos para la vida en la que se zambullen cada día; no se reconocen en lazos, rosas y azules, se gustan en vaqueros y en camisas como las de papá, en faldas como las de mamá y botas para saltar en los charcos.
En Pepe Jeans trasladan con gracia y acierto ese vestir casual y estiloso de los jóvenes –y no tan jóvenes…- a las prendas pequeñas de los niños y lucen ellos como lo que son, pequeñas versiones del ser adulto en el que se van convirtiendo cada día un poco, porque Pepe Jeans son mucho más que jeans, son un estilo en el vestir que camina de la mano de nuestro estilo en el vivir.
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