Los pequeños O'neillers toman el otoño y el invierno bien pertrechados contra el frío y dispuestos a seguir tomando calles, parques, playas y jardines por campos de juego y aventuras infinitas porque rodar en bicicleta o monopatín e incluso hacer surf, no son deportes de invierno sino actividades de todas las temporadas.
La clave de la diversión está en el tejido, él es el que hace posible que importe poco si es invierno o es verano y lo hace es un estilo deportivo y a la vez urbano, muy O'Neill, que viste de modo tan funcional como atractivo a los niños y a las niñas.
La colección se presenta con cierto aire vintage en los cortes y en las propias prendas más allá de su inspiración que es también sesentera; el marino claro junto a un tono anaranjado, beige, tostado y prints militares se hacen con la colección desde las prendas de más abrigo hasta los jereseys y las camisetas.
En O'Neill no descuidan detalle y las prendas de abrigo van de la cabeza a los pies, comenzando por los gorros de lana; los plumas, sin llegar a meternos en su colección de nieve, son también un básico de un fondo de armario de invierno como también los jerseys y las propias camisetas que son prendas para todo el año.
El otoño y el invierno para los O'Neillers poco tiene de encierro y del habitual aburrimiento que tiende a asociarse a ese tiempo de poca luz y mucha casa; para ellos lo único que cambia es aquello que se ponen encima para seguir con su diversión y sus juegos, con su deporte y sus rutas, en definitiva, con su vida.
Y a nosotros nos encanta ver a nuestros pequeños convertidos en O'Neillers porque el equilibrio entre funcionalidad y encanto que lucen sus prendas resulta de lo más atractivo.
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