En un oeste muy lejano, del que no existían mapas ni rutas, un grupo de pequeños valientes había construido una ciudad sin sheriffs, desprovista de armas y malhechores, en la que los batidos de chocolate sustituían al whisky y las piezas de Lego al ladrillo. Era Blue Pony, una pequeña llanura del centro oeste de Estados Unidos, donde no llegaba el ferrocarril, un micromundo a escala creado por y para esos peques que, a diferencia de los Niños Perdidos de James Barrie, plantaban cara al futuro sin miedo a hacerse mayores.
Ellos son los protagonistas indiscutibles del fantástico universo Blue Pony Vintage, una firma norteamericana con un toque retro que nos devuelve a los años de la fiebre del oro y los grandes patriotas. Ropa confeccionada a medida, realizada con tejidos de primera calidad e inspirada en aquellos sooners o primeros colonos de una Oklahoma despoblada hasta entonces. En su nueva colección otoño-invierno, la marca apuesta por vestidos sobre enaguas de lino y blusas con cuello Peter Pan para ellas, y pantalones de rayas combinados con chalecos sobre camisetas de algodón para ellos. Los chales realizados en lana con puntilla bordada o flecos son un must have en los outfits de estas divas del Salvaje Oeste, mientras los tirantes se convierten en el complemento perfecto de los looks de estos pequeños llaneros solitarios.
Estampados florales, cuadros, volantes y sombrillas de plumas ayudan a dar forma a una ciudad de cuento, perdida en aquel intrépido y valeroso Wild West de señoritas encantadoras al piano y temerarios vaqueros domadores de ganado. Bienvenidos a Blue Pony, damas y caballeros.
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