Bailando bajo la lluvia y saltando en los charcos, insensibles al frío e indiferentes al viento, corriendo las calles de otoño y de invierno ajenos al tiempo de hibernar; así son y así viven los niños Burberry, divertidos, juguetones, traviesos y felices.
Y es que si hay una marca capaz de vestir los inquietos y curiosos cuerpos pequeños para el invierno, atendiendo por igual a su comodidad y al buen gusto, esa es, sin duda, Burberry: por su experiencia centenaria trabajando los tejidos, por su origen en el clima húmedo, templado y también frío de las británicas islas, y por su inconfundible estilo más allá incluso de sus icónicos e ineludibles cuadros; no en vano la idea y la inspiración surgieron en la mente del Sr Thomas Burberry, al que siguieron después sus hijos, en un condado de sur y luz... el sur de Inglaterra y la luz de Dickens y Austen, Hampshire.
Botas de agua y zapatillas de piel y de invierno, parkas para el cole y abrigos para vestir, pantalones para todos y elegantes faldas para ellas, gorritos de lana bajo paraguas de agua y cuadros a los que hacer bailar y girar saltando en los charcos.
Una colección muy Burberry, muy en línea con sus propuestas adultas, más que clásica contemporánea porque mantiene su estilo sobrio y british atendiendo a las nuevas tendencias lo justo para formar parte de ellas.
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