Nueva York es la ciudad más cosmopolita del mundo, americana como ella sola pero diversa e inmensa en forma y fondo; es algo así como la meca del mundo occidental, quizá por aquello del sueño americano, que si en algún rincón del globo puede cumplirse, ese será sin duda Nueva York.
Y puestos a hablar de sueños volamos al universo de los niños porque es en ellos donde nacen y donde se visten cada día de posibles porque ellos no tienen complejos ni ideas preconcebidas, no ondean el no como respuesta preventiva y sí la risa y la intención en un ‘por si acaso’ que esconde un sí, puedo.
Es a estos niños a los que Ralph Lauren sabe vestir como nadie porque conoce bien el descarado espíritu neoyorquino y el punto de exageración justo que tanto gusta a los americanos, en ambas ideas teje prendas de colores para vestir cuerpos pequeños que un día serán grandes como grandes son ya los sueños que guardan.
Se trata de un otoño funcional que no pierde el toque de cómoda elegancia, lo que viene siendo un cierto estilo, tanto en las propuestas de las niñas como en las de los niños. Es una colección pensada para volver al cole haciendo ganas de patio y clases, de aprender, crecer, jugar, reir… con el ánimo alegre y la intención lanzada hacia un futuro en el que, como en ellos, está todo por hacer.
No faltan en la campaña que nos muestra algunas de las prendas que descubriremos en la nueva temporada de Ralph Lauren, motivos santo y seña de la casa como las referencias ecuestres o deportivas.
Nos gustan los niños de Ralph Lauren, su descaro, su confianza… y lo guapos que lucen en las prendas de uno de los diseñadores por excelencia de la ciudad más cosmopolita del mundo…
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