La historia nos cuenta que antes de los años 60 los únicos pantalones que usaban las mujeres eran los de sus maridos y sólo para ir a trabajar en el campo, las granjas, las minas o las fábricas; cierto es que en los años 30 algunas mujeres aparecían en público con pantalones de equitación pero no fue hasta los 60, pasadas las guerras mundiales y a las puertas de mayo del 68, cuando el pantalón se popularizó entre las mujeres y los diseñadores comenzaron a incluir pantalones en sus colecciones de mujer, hasta que llegó el día en el que no sólo nos pusimos el pantalón sino el traje sastre completo.
Los pantalones eran, de facto, cosa de hombres, tanto que los primeros que nos pusimos fueron los suyos, cabe que por eso todavía se hable, cuando se habla de parejas, de quién lleva los pantalones; en Suitstudio lo tienen claro, los pantalones y el traje entero lo llevamos nosotras y por eso dedican su campaña de invierno a recordar cómo un buen día se los quitamos a ellos y los dejamos desnudos.
Es una campaña sofisticada y sensual, de imágenes de una incuestionable belleza plástica que contienen una dosis de feminismo y dos de provocación pero, por encima de todo, muestran una colección de magníficos trajes sastre de mujer.
Negros y aterciopelados para la noche y la etiqueta, blancos para las mañanas de domingo y nude, a cuadros y gris marengo para el resto de los días y ocasiones de la semana; así son los trajes que nos propone vestir Suitstudio; además, ten en cuenta a la hora de revisar tu fondo de armario que se llevan los trajes sastre, se llevan con chaquetas cruzadas e incluso con cinturón, lisos o para quedarte a cuadros y con los pantalones más bien estrechos y poco más allá del tobillo, para dejar espacio a lucir un buen tacón.
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