Rita Ora, de nacionalidad británica aunque llegara al mundo en la antigua Yugoslavia, es una mujer camaleónica, tanto que a la vista de la campaña de otoño, invierno y Cavalli que protagoniza, no podemos evitar pensar que estaba predestinada a encontrarse con el sofisticado e indiscreto modisto italiano.
Cavalli voló a Nueva York para reiventar a Rita evocando a Marilyn en su peinado, en el rubio platino de su pelo y en el vuelo de alguno de sus vestidos; ¿y como es posible que la racial cantante británica acabe convertida en una dulce y sensual Marilyn, tan solo, quizá, un punto más sofisticada que la original por tanto como deslumbra Cavalli?
la señora de Cavalli y también su socia comercial, Eva, es la responsable de la dirección artística de una campaña cuasi perfecta mientras Francesco Carrozzini es el fotógrafo que ha marcado los enfoques. El resultado es sencillamente espectacular por tan evocador como resulta en su inspiración hollywoodiense y de cine negro como por el soberbio lucimiento de las creaciones de Roberto Cavalli.
La chaqueta a pecho descubierto no puede ser más provocadora, el vuelo de la falda resulta tan romántico como atrevido y Rita tumbada mirando a cámara no puede ser más Cavalli como Cavalli no puede ser más sofisticado.
El negro da luz y elegancia a los colores que dominan sus prints y la voluptuosidad de las faldas suma encanto a la colección, el descaro de un traje estampado de la chaqueta al pantalón resulta de lo más sugerente y Rita Ora en Nueva York, en Cavalli, frente a Carrozzini y bajo la dirección creativa de Eva compone un cuadro de tentación inevitable... ¿quién no querría vestir un Cavalli a la vista de esta campaña?
La noche es, el próximo otoño invierno, más italiana y más Cavalli que nunca antes.
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