Cuando se habla de empresas socialmente responsables o cuando se implementan en las empresas departamentos de responsabilidad social lo que se busca es que la compañía en cuestión tenga un impacto positivo sobre la sociedad más allá de la generación de riqueza y empleo inherente a una empresa con una cuenta de resultados positiva; ésto en muchas ocasiones (en muchas más de las que nos gustaría) se queda en palabras e informes, en reuniones semanales y datos diarios cuyo impacto se pierde camino de la sociedad sobre la que quiere influir positivamente. Eso en Redemption no pasa porque se ha puesto número a ese impacto y el número es incontestable: el 50% de sus beneficios netos se invierte en proyectos coordinados por ONGs. A mayor venta mayor beneficio y a mayor beneficio mayor inversión en proyectos de desarrollo. Así de sencillo.
Visto así, es más que interesante que a Redemption le vaya bien y vistas sus últimas propuestas nos atrevemos a augurar que así será; la campaña a través de la que nos presentan sus propuestas para el próximo invierno la protagoniza Edita Vilkeviciute, que posa con aire rockero y sofisticado frente al objetivo de Bebe Moratti; ese modo relajado de posar no es casual, es el modo perfecto de presentar una colección moderna y rockera, con reminiscencias del estilo motero, que no renuncia cierto toque de elegancia y sofisticación.
Sobre un chester, tocando la batería, al piano o guitarra en mano, Edita Vilkeviciute protagoniza una campaña en blanco y negro que resulta tan sugerente como las prendas que viste, especialmente el vestido de falda voluminosa y asimétrica que luce mientras toca el piano.
Y, recuerda, el 50% de los beneficios netos (lo que queda en caja después de pagar todos los gastos que supone la vida creativa de una firma como Redemption, incluidos los impuestos) se dedica a proyectos solidarios ¿quieres saber cuáles? éstos.
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