Incitaba a soñar. Causaba esa sensación que hace caer en trance de manera poco permisiva, casi obligada, para que la mente tuviese el lujo de absorber cada una de las sensaciones que desprendían sus ojos. Un auténtico telón de fondo, oscuro, sustentaba una obra en la que lo oscuro y perverso habitaba. Y mientras tanto, unos pequeños toques de luz nos mostraban a la mujer sofisticada, romántica y soñadora que aparentaba ser.
En su momento presentamos la colección, pero la campaña de otoño-invierno 2012 de Valentino se merecía una especial mención. No solo por mostrar piezas únicas, sino por conformar un ‘todo’ que provoca única y exclusivamente sensaciones. Esas sensaciones con las que crea una colección para su mujer.
Turbeville ha sido la encargada de trasladar al Palacio de Palermo, en Sicilia, el clasicismo del último emperador y captar con la cámara todos sus detalles. Una obra perfecta que ha contado con Jac, Caroline Brasch Nielsen y Frida Gustavson como principales protagonistas de un cuento de hadas misterioso y elegante.
Galería de imágenes
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