Ni aun cuando, como ocurre en la campaña del próximo otoño, aboga por la sencillez, pierde el manto de cierta psicodelia y mucha clase porque ese aspecto de elegancia y descaro en igual medida es parte irrenunciable de la esencia de Prada.
En esta ocasión la firma italiana se ha instalado en Nueva York para filmar una campaña en fondo gris sin más accesorio que sus complementos, un entorno que sobrepasa el ambiente urbano para vestirse casi de moderno diseño industrial, y es que así es esencialmente Prada, más vanguardia que modernidad.
La próxima temporada va para el icono de la moda italiano, del negro al gris con pinceladas de vida apasionada que se representan en rojos, rosas y azules que contrastan con lo aséptico y elegante que resultan siempre los tonos piedra; son propuestas que mantienen cierto punto de frialdad e incluso agresividad, una vez se renuncia al toque dulce de los tostados, y que sorprenden y encantan en los toques de color vivo tanto en los tejidos como en los complementos.
Y, visto así, no podemos menos que reconocer que la campaña captada por el objetivo de Steven Meisel para ser vista, es el envoltorio pefecto al concepto de las propuestas de Prada para el próximo otoño e invierno que, aunque nos parezca lejano e incluso aunque queramos alejarlo, está ahí ya, esperándonos y, viendo algunos de los coloridos bolsos Prada, no nos parece que vaya a ser un mal encuentro el nuestro con el invierno...
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