Aunque cualquier momento es bueno para tomarle el pulso a la ciudad más cosmopolita, creativa e impredecible del mundo, dicen que es el otoño la época más hermosa para descubrir Nueva York, por sus colores, por sus suaves temperaturas, por sus festividades… Porque la “ciudad que nunca duerme” parece despertar del letargo estival cuando ese chorro inagotable de creatividad recupera el ritmo frenético de la vida urbana.
Porque si existe una ciudad que puede resumir el mundo, esa es Nueva York. Así lo afirma Donna Karan, la fundadora de la firma neoyorquina por excelencia que recoge como ninguna el espíritu ecléctico, divertido y urbano de la City. Y si una ciudad necesita un uniforme, ese ha de ser el jean.
Y así, con toda la energía, el desenfado rockero y el inconfundible “love me” de Curtis Kulig, arranca el otoño en DKNY. El artista urbano más célebre de norteamérica, acompañado por Cara Delevingne (otra vez ella, sí) y el atractivo modelo Ollie Edwars bailan entre el intenso tráfico, recorriendo los rincones de la ciudad prácticamente “en vaqueros”, porque el denim –que este año celebra su 140 aniversario- lejos de perder atractivo y poder, continua alzándose como el “rey del armario” de todos los looks urbanos modernos: jeggins, boyfriend, skinny o ultra skinny, boot cut o rectoss, los jeans toman las calles con más fuerza que nunca, apoderándose también de camisas, cazadoras o chalecos. ¿Los colores? Clásicos: azules, negros o grises; lavados, desgastados, oscuros y combinados con cuero o adornados con detalles sofisticados.
La campaña, fotografiada por Mikael Janson, recoge a la perfección tanto el espíritu neoyorkino que tan fielmente representa DKNY, como la estética urbana, elegante y refinada de la firma.
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