Marc Jacobs ha desvelado su campaña de otoño e invierno y, tal y como hiciera en su presentación sobre la pasarela, el toque retro y los detalles ochenteros se confirman como tendencias de temporada.
El glamour del S.XX está muy presente a lo largo y ancho de la colección pero se hace notar especialmente en las gafas y en los sombreros que parecen llegados de un tiempo previo al hip hop al que Jacobs rindió pleitesía en su show.
Gafas grandes como las que reinaban en los ojos de los 60 y los 70, sombreros la mar de coquetos y elegantes como los que utilizaba Jackie Kennedy, bolsos maxi para que podamos llevarlo todo sin tener que jugar primero hacer el tetris de colocarlo; botas de caña media o alta, tacones elevadísimos e incluso alguna plataforma que insiste en la evocación del siglo pasado para vestir y complementar el actual.
La paleta de color es, probablemente, lo menos sorprendente de la propuesta de Jacobs: mucho camel y tostados, algún animal print y también algunos cuadros, pelos, pieles y tonos teja para dar vida y brillo a la colección sin abandonar las tonalidades típicamente otoñales.
Marc Jacobs es transgresor y sorprendente, quizá por eso su inspiración pasada, combinada con el extra de glamour y sofisticación que añade a su próximo otoño, nos seduce y nos conquista, esperábamos tal vez menos glamour y más atrevimiento pero en esta ocasión Jacobs a encontrado un punto de equilibrio entre modernidad y vanguardia que, estamos seguros, conquistará incontables armarios la próxima temporada.
Nos gustan sus gafas de sol de invierno, nos encantan sus sombreros y nos pierden sus bolsos, nos morimos por sus botas, por su paleta de color y sus abrigos, en definitiva, queremos un Marc Jacobs (o más) para la próxima temporada... aunque llueva y haga frío, aunque sea otoño, o invierno.
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