Al sur de Asia, en el tramo oriental de la cordillera del Himalaya entre India y China, se encuentra el último Shangri-La, una tierra de felicidad permanente que vive aislada del mundo exterior. Casi 50.000 km2 forman el Reino de Bután, uno de los más bellos paraísos terrenales, junto con Nepal, que se encuentra en el Himalaya.
Una auténtica fuente de inspiración para Jack McCollough y Lázaro Hernandez que, durante un mes, decidieron pisar estas tierras antes de comenzar su trabajo. De este viaje mental se obtiene un resultado espectacular a través de la nueva visión: la moda como medio de protección. Así es la colección para este invierno de Proenza Schouler.
La contradicción vuelve a sorprendernos una vez más. El de Proenza es un invierno blanco y de algodón. El total look destaca por un nuevo tratamiento en el volumen, ya sea sobre camisas o chaquetas. La asimetría radica en detalles como cremalleras laterales o cortes nada geométricos y los pantalones a modo cricket de tiro bajo parecen suavizar una colección que nos recuerda a las vestimentas tradicionales del Lejano Oriente. Los uniformes samuráis sirvieron de inspiración para el empleo de los materiales, con apuestas tan arriesgadas como el abrigo creado a través de tiras de cuero entretejido.
Una propuesta que juega con los espacios, derrochando modernismo, y que nos acerca de una manera soberbia al último tesoro del Himalaya.
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