Hay nombres que marcan una historia, y tenemos que reconocer que llamarse Arquímedes, aún con esa e que al principio despista, es un buen comienzo para una. Para empezar tendríamos que remontarnos a la Grecia clásica, donde el genio matemático tras dos eurekas, dio con el más conocido de sus descubrimientos, el Principio de Arquímides.
Miles de años después y 9660 kilómetros, que son los que separan Grecia de Venezuela, ese nombre vuelve a ser y a significar principios, esta vez moda mediante. Y así los que fabrican historias para contar las colecciones, los que entienden la superposición de tejidos como una expresión de volúmenes y texturas de los diseños, los que se enzarzan en la búqueda del equilibrio, y los que ven el pasado como valuarte plástico, que es del que se nutre su última colección.
Así su otoño / invierno 2013 - 2014 se convierte en un Flashback, en una mirada pictórica hacia los años 30 y 40, donde la sensualidad, la suavidad y la suntuosidad, se visten con crepé de seda, raso, georgette, organdí y lana. Una colección donde los vestidos marcan las siluetas, a través de líneas depuradas y la superposición de tejidos.
Blancos y negros que se mezclan con maxi complementos, y esos zapatos con puntera de cristales que consiguen que este venezolano afincado en Madrid, avance con paso firme hacia la innovación dentro del estilo atemporal de su moda, y esto sí que es un buen principio.
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