Dicen que la moda es, en gran medida, como los lugares de los que proviene y cabe que, al menos en cierta medida, sea así porque la climatología define las necesidades del vestir de cada lugar es a partir de esas necesidades donde el diseñador da rienda suelta a si creatividad y nos sorprende. En el caso de Lilya, una firma australiana, la sorpresa tenía que ser, por fuerza, de verano... aunque se trate de su colección de invierno.
Australia es un país cálido y de naturaleza vibrante, desbordante en vida marina y árida hasta lo desértico en su interior; Lilya nace para vestir ese país de contrastes y lo hace con tejidos vaporosos y siluetas sueltas, en colores naturales y haciendo de la comodidad un asunto irrenunciable que no está en absoluto reñido con la sensualidad.
En nuestras antípodas el tiempo de invierno se viste en tonos naturales y vestidos vaporosos que a nosotros nos hacen un verano, detalles como los flecos y los volantes, que no faltan en esta colección, nos demuestran que la moda, aun siendo como el lugar del que provienen, es también universal.
Nos gusta la moda australiana, nos gusta incluso más de lo que pensamos porque no son pocas las ocasiones enlas que nos llega a través de California, donde los diseñadores australianos tienen su primer mercado y su segundo hogar; su modo de entender el vestir femenino huye del descuido y el street style tanto como de la provocación y se recreta en la sensualidad y trata al cuerpo de la mujer como algo belle que debe brillar más que las prendas que viste. Y para lograr ésto, Lilya ha optado por no renunciar nunca a la comodidad de sus prendas porque sentirse a gusto es el primer paso camino de la sonrisa que ilumina el rostro y pone cara a la belleza.
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