Había llegado el gran día. Una súper cruz en el calendario y un millón de dudas que salían del armario. Tocaba cruzar al otro lado, perderse más allá de Brooklyn y adentrarse en los jardines del viejo Westbury. Una boda y decenas de encuentros relegados hace tiempo a algún “felices fiestas” por Navidad. Subió el volumen, sonaba Dylan, el de Hurricane. Sacó su Tory Burch de la percha y se dijo a sí misma que aquel sería un día para recordar.
Hace tiempo que la inquieta Tory se ha ganado un puesto, no sólo en el huidizo mundo de la moda, sino también en la influyente lista Forbes. Desde que en 2004 abrió su primera boutique en el neoyorquino barrio de Nolita no ha parado de cosechar alabanzas y éxitos. Su estilo clásico con toques bohemios se imprime hoy en ropa, zapatos, bolsos, accesorios y productos de belleza. En su nueva colección “Holiday 2013” ensalza la feminidad, jugando con sedas y organzas, abalorios y encajes, satenes y lentejuelas. Son un must sus tops joya, sus perfectos vestidos de cocktail con caídas de infarto y sus jerséis de punto sobre faldas plisadas de otro tiempo.
Tory Burch apuesta por los tonos empolvados y los brillos en esta campaña, filmada por Robert Nethery y protagonizada por las modelos Zuzanna Bijoch, Tilda Lindstam y Laura Kampman. El negro se hace con los looks de noche, intercalándose entre chaquetas de esmoquin, pantalones de satén y siluetas masculinas.
La firma nos transporta así a los jardines de Westbury, un paraíso perdido a pocos kilómetros de la gran manzana donde hoy un grupo de neoyorquinos revivirá aquellos años locos de opulentas fortunas y tragos hasta el amanecer.
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