Blumarine cumple 40 años, una edad ya de cierta importancia que la firma italiana ha convertido, indudablemente, en virtud. Y es que para celebrar tan redondo aniversario, Bluemarine ha hecho de su campaña de otoño e invierno un alarde de glamour y sofisticación ambientado en una mansión decadente de Nueva York.
La mansión es europea y parece abandonada a su suerte en contraposición con ella, Irina Shayk, que a su belleza natural suma los bellísimos vestidos Blumarine y un estilismo vintage y seductor. La casa podría ser de tiempos de Gatsby pero Irina no es Daisy, ella nos recuerda más al glamour de los 5o que a los felices años veinte o al Nueva York después del crack del 29.
Irina es, en esta espectacular campaña, puro glamour en vestidos de noche rojos o negros, incluso en tono hueso, con abrigos de día que ciñen cintura, con vestidos estampados que parecen de primavera o lazos al cuello como una antigua profesora, estampados florales y otros que nos dejan a cuadros, favorecedores escotes barco que se hacen perdonar los escotes ausentes, transparencias y también encajes, brillos, tacones infinitos...
El otoño y el invierno de los 40 años de Blumarine está pensado y cosido para enamorar de la primera a la última de sus propuestas; tanto es así que la firma no ha dejado detalle alguno al azar: el rostro de la campaña es Irina Shayk y el ojo que todo lo ve y todo lo capta, el fotógrafo, es Luigi & Iango.
Amamos el verano sobre todas las estaciones y, ahora que acabamos de estrenarlo, incluso nos incomoda que nos hablen del invierno... claro que si se trata de un invierno sofisticado y rendido al glamour de antaño, si viene aliñado con los espectaculares vestidos que luce Irina Shayk en la campaña de Blumarine... o con su rojo de labios, entonces y sólo entonces, bienvenido sea el invierno ¿no crees?.
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