Fue descubierto en 2005 y en esta década que prácticamente está a punto de cumplir sobre la pasarela y frente a los objetivos de los fotógrafos más importantes del mundo de la moda, el norteamericano Garrett Neff puede presumir de ser uno de esos a los que llaman 'supermodelos'. Y todo gracias a que este joven de 28 años, nacido en Delaware y que tiene a Manhattan como base de operaciones no dejan de lloverle contratos e invitaciones para ser el rostro o el embajador de las principales firmas.
A la lista compuesta por DKNY, Abercrombie & Fitch, Banana Republic y Calvin Klein (es la imagen de una de las colonias masculinas de la firma), hay que añadir firmas de lujo como Louis Vuitton, Ermenegildo Zegna y, ahora, Boss. La colección de este otoño tiene en Garrett a uno de los elegidos para lucirla. Llama la atención que sea él ya que está inspirada en Escandinavia y el modelo castaño, aunque bien podría pasar por danés, no es precisamente europeo.
De todos modos, le queda fantástica. Sobre todo porque el patrón de Boss para este otoño-invierno es fiel a los parámetros que han hecho de la firma alemana todo un referente de masculinidad y elegancia sin necesidad de revisitar constantemente los clásicos de la sastrería. Así, ahora es el turno del diseño moderno convertido en textil, un estilo limpio y sin complicaciones, como el del propio interiorismo sueco, pero aplicado a la moda masculina.
Así, las prendas se fundamentan en una confección perfecta, de calidad, con especial atención a los elementos que van más allá del traje, pero sin dejar de preocuparse por estos. Es por ello que camisas, corbatas y jerséis también tienen protagonismo en la colección, en la que se incluye la nueva línea Tailored así como un buen conjunto de zapatos, bolsos y cinturones. Tejidos resistentes que permiten una masculinidad sin embajes. Y que en el cuerpo de Garrett lucen perfectos, claro.
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