Con la intromisión de la atemporalidad en la moda una ya no sabe ni distingue de primaveras o inviernos. La funcionalidad y practicidad se han impuesto en un mundo en el que, hasta el momento, reinaba la paz y la armonía de todo aquello que era bello. Hasta tal punto que la comodidad llegaba a no estar bien vista del todo. Un entorno en el que hay cabida para las prisas del día a día y en el que se intentan adaptar las tendencias para colgarse a toda prisa en el hombro de las mujeres que, en ocasiones, tienden a olvidarlas. Una misión casi imposible que, en su intento, nos permite vislumbrar de vez en cuando algunos retales del pasado en el que la estética era la gran emperatriz.
De ello se encargan diseñadores como Alberta Ferretti quien hace de su colección limitada para este 2015 un trabajo de ensueño para los días más fríos que, sin duda alguna, pasarán a convertirse en los más deseados. Vestidos ajustadas de pedrería, faldas largas acompañadas de blusas con bordados y encajes, pantalones de seda, estolas de piel y faldas plisadas, prendas de exterior armadas…
Todo ello bajo la influencia de grises, blancos y negros que de vez en cuando dejan sorprender con rojos que hacen del terciopelo y las joyas los mejores complementos para aportar sobriedad y elegancia a una propuesta pensada para los inviernos exclusivos y limitados de las que aman el buen vestir, la elegancia y la esencia de un mundo pensado para lo bello.
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