Rocco Barocco es uno de esos diseñadores en los que no se piensa para uso diario porque lo suyo es la sofisticación más absoluta y elegante, la etiqueta más sorprendente y la belleza en su estado más deslumbrante; eso, al menos, en sus colecciones prêt a porter y de mujer, otra cosa es su colección de hombre, la de niños, sus perfumes... porque este diseñador mediterráneo que tiene en la zona de Nápoles y Capri su raíz e inspiración, fundó en los 60 un sello al que regaló su nombre y con el que soñamos vestir estas fiestas.
Y es que la colección de invierno de Roccobarocco es terriblemente seductora y su campaña más, si cabe; negro y blanco, juntos o por separado, progatonizan modelos que, cuando lucen detalles dorados, recuerdan al delicioso exceso Versace; los tonos primaverales -no podemos negar que nos pierde el aguamarina- son todo un alarde de elegancia para las noches de fiesta e invierno y el ocre matizado en oro, el ideal para cerrar el año.
Las estolas merecen mención al margen porque son de una dulzura y una calidez exquisitas; los bolsos son siempre de mano porque la elegancia no admite otro estilo, esos sí, para todos los gustos en cuanto a tamaños aunque a nosotros nos gustan pequeños... visten más y una velada sofisticada no admite llevar la vida en el bolso, sólo lo indispensable; otro alarde de la vanguardia más sofisticada está en algunos de sus zapatos, decorados con unos print muy llamativos que visten tanto o más que el propio tejido.
Rocco Barocco es un diseñador que reina en Milán año tras año y que ha recibido también el reconocimiento debido en ciudades que son tan de la moda como la moda de ellas, Nueva York, por ejemplo. Y, a la vista de sus propuestas para este invierno, no nos sorprende en absoluto el aplauso del mundo a este creativo italiano, es más, nos sumamos a él.
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