En otros tiempos estaba de moda entre los más románticos regalar estrellas a la persona que querías y, de esta manera, recordarle que siempre brillaría en el firmamento. Contactabas con la empresa que ‘vendía’ estrellas y te hacían llegar a casa un certificado con las coordenadas astronómicas del regalo en cuestión… Ahora no hace falta tener la sensibilidad a flor de piel o estar ciego de amor para poseer cosas inalcanzables… Y sino que se lo pregunten a Karl.
Castillos encantados, tierras exóticas, molinos de viento y, en esta ocasión, un planeta entero a sus pies para descubrir desde el globo terráqueo instalado en pleno centro del Grand Palais. Y es que este hombre no entiende de límites físicos ni imaginativos.
Y si hay algo que llamó la atención de este nuevo planeta llamado Chanel, sin duda alguna ha sido el reinventado tweed en abrigos tail hem, totalmente despejados por delante y con cola. Los patrones del clásico traje de chaqueta también se modifican con, una vez más, prendas de exterior en las que destacan apliques.
Los colores estrellas de la casa, los empolvados, aparecen en esta colección otoño-invierno 2013 en faldas a tablas que moldean una silueta arquitectónica. Innovación y tradición unidas para hacer de lo ya existente las nuevas normas que gobiernan un nuevo mundo: el de Chanel.
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