Vuelve el hombro con Tomas Maier y Bottega Veneta. El hombro, el pelo, la piel vuelta, los vestidos de hilo metalizado, de lamé, de jacquard… es lo que vimos en el desfile del sábado en la Accademia de Belli Arti de Brera, de Milán.
Todo el glamour en la sencillez, un mosaico de formas y colores, de tejidos y texturas para un universo de momentos. Para hombre y para mujer, una colección que se ha diseñado a la par para ambos cuerpos, cómoda, relajada, ecléctica, un Tomas Maier, Director Creativo de la casa, sobrio y espléndido.
Vestidos y trajes ajustados, con grandes hombreras para ellas y hombros limpios, pulcros, para él; de las caderas redondeas y las cinturas ajustadas más femeninas a las líneas ajustadas de los trajes masculinos o el esmoquin; o las botonaduras dobles de los trajes de mujer y de los abrigos para ellos; las cinturas definen la figura, “una silueta que parece dibujada, partiendo desde el hombro con una línea precisa, como si se pudiera ver el trazo del lápiz en un boceto”, comenta Maier.
Amplias e interesantes capas, suéteres de grandes hombros, largos vestidos y trajes entallados, cómodos pantalones y pocos adornos, pocos colores donde mandan el negro, el ocre, el terracota, el azul cielo, y la maestría en la comprensión y uso de los materiales, desde el pelo de cabra pulido al hilo metalizado, de la lana al lurex, de la piel vuelta al lamé. Y zapatos con cuña o tacón, sólidos pero femeninos, o de cordones y punta redonda más de vestir masculino.
Vuelve el hombro con colores que se desperezan, formas que nos recuerdan a algún que otro momento de la historia de la moda, recuerdos de los 80, de los 30 que configuran el presente de Bottega Veneta. Piezas variadas para una vida de contrastes, pero sobre todo, siempre, el glamour y la comodidad. Pasen, pónganse cómodos y disfruten.
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