Ferdinand Alexander Porsche lo tenía claro: la funcionalidad de las cosas es la que debe marcar las líneas entre las que la creatividad dará luz al diseño; todo lo accesorio, lo meramente decorativo, todo lo que ha de ser explicado, queda relegado cuando no borrado del todo de sus bocetos. Así diseñó el primer Porsche 911 y así creo una firma de esencia contemporánea y purista, con ese punto de brutal elegancia que sólo el negro -o un porsche- es capaz de regalarnos.
Peter Lindbergh ha afrontado el reto de crear una campaña a la altura y el nivel de los diseños que en ella iban a mostrarse y para ello contó con dos bellezas europeas frente a su objetivo neoyorquino: Iris Strubegger y David Florentin ¿el resultado? sublime.
La pureza de las imágenes sobre negro profundo es sobrecogedora y en ella se descubren las líneas geométricas y los volúmenes que protagonizan las propuestas de Porsche Design para el próximo invierno.
El negro, junto con la elevada calidad de tejidos y manufactura, es el rey indiscutible de la colección, aun cuando ésta oculta en su campaña alguna pincelada de color, principalmente borgoña. Más allá de líneas y color, las propuestas de Porsche Design -tanto en las prendas de ropa como en los complementos- contienen esa elegancia brutal a la que hacíamos mención, esa que eleva la solvencia de tu atuendo a la tuya propia y hace que avances un paso en el respeto que te conceden sin hacer más, para empezar, que vestirte.
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