Beirut y París tienen una conexión muy especial, la misma que llevó a Eli Saab a la capital francesa y también a Zuhair Murad, el primero sobradamente conocido en el mundo de la alta costura y el segundo ya no un novato pero, sin duda, con todavía mucho camino por recorrer, de hecho, el mismo Zuhair afirma que lo mejor está por llegar.
De niño soñaba con vestir a mujeres bellísimas con suntuosos tejidos y vestidos de cuento, soñaba diseños y soñaba llevarlos al tejido; y, como suele ocurrir con aquello que nos apasiona, el empeño de ese sueño por verse convertido en realidad lo llevó a fundar su propia firma de moda en Beirut, donde no tardó en enamorar a cuantas mujeres se acercaban a sus vestidos.
Hoy Zuhair Murad mantiene su tienda en Beirut y una más en París además de sus showrooms, su colección ready to wear se vende en más de 100 boutiques repartidas por todo el mundo y está planeando ya, además de ampliar su colección de moda -una colección de la que la alta costura es el centro y el alma- adentrarse en el mundo de la cosmética y la belleza.
El estilo de Zuhair Murad difiere de la dulce sofisticación de su compatriota Eli Saab, Murad sueña vestidos de cuento, sueña vestirnos como antiguas princesas egipcias o diosas griegas -sueño que eleva a infinito en su colección de trajes de novia- pero imprime tal punto de vanguardia a sus propuestas que resultan absolutamente innovadoras y geniales.
Buena muestra de ello es el invierno que nos propone en su campaña, desde voluptuosos vestidos de innegable sofisticación y encanto, a faldas de corte sirena, encajes y transparencias, más propios de la lencería, llevados a vestidos deslumbrantes, chaquetas sastre perfectamente entalladas, elegantísimos leggins o faldas que te permiten lucir el largo de tus piernas componen una colección en la que el negro y el brillo mandan con rotundidad y sólo permiten el blanco en alguna chaqueta.
Puestos a vestir elegante y de equiqueta, Zuhair Murad es una opción de lo más seductora...
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