La próxima temporada de otoño e invierno es, para Alexander McQueen, un mundo de contrastes y así lo refleja en su campaña; no se trata únicamente de la mezcla de imágenes en blanco y negro con otras en color sino de la frialdad y sobriedad de las primeras frente a la calidez de las segundas, un contraposición conceptual que se desvela también en las propias prendas de la colección.
En las propuestas de Alexander McQueen para la próxima temporada encontramos sobriedad en los trajes que se cortan en líneas rectas y depuradas, también en los abrigos que son largos y grises, sin más decoración que un discreto cinturón; pero encontramos también piezas mucho más cálidas, vestidos estampados, otros lisos en tonos más acogedores, una clásica paleta de color de otoño en la que mandan los tostados y chocolates que se mezclan con verdes intensos y deliciosos tonos anaranjados y rojos.
La temporada de otoño e invierno es siempre larga, más cuando se corta en países del centro y del norte de Europa, y por eso la diversidad de piezas que propone Alexander McQueen encuentra en esta época tiempo para todas ellas; el otoño arrastra todavía la calidez del verano y nosotros arrastramos los pies hacia él sin querer abandonarla, por eso ahí las piezas en tonos cálidos que nos abrigan sin obligarnos a hundirnos de repenten en el invierno son las más deseadas.
Pero todo llega y pasa y antes de que vuelva la primavera será el tiempo del invierno y entonces, cuando la única calidez posible es la que nos regalan los tejidos porque la climatología llega a su punto de nieve, es el momento de la sobriedad, de los trajes negros y los abrigos grises, de esa elegancia fría acorde al tiempo que transcurre, esa que dejaremos atrás en cuando la primavera nos sonría.
Mucha diversidad y mucha belleza, color, trajes e incluso flecos, nada escapa a las propuestas de otoño e invierno de Alexander McQueen.
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