Maria Carla Boscono es una vez más la musa de Alberta Ferretti y lo es frente a uno de los objetivos más reconocidos del mundo en cuanto moda, arte y campañas... el de Peter Lindbergh.
El tándem formado por Lindbergh y Boscono recrea una campaña de cuento que da fondo y marco a un otoño de elegancia y cuento en el que no falta el color; el lugar es un bosque de niebla y atardecer que nos traslada a las aventuras que vivían en lugares semejantes los héroes y heroínas de los cuentos clásicos.
La heronína es, en este caso, Maria Carla Boscono vestida para la noche o el día pero siempre con ese aire sofisticado y elegante que caracteriza a Alberta Ferretti y hace sus propuestas inconfundibles. La noche luce en blanco y negro con faldas voluptuosas y escotes palabra de honor, son vestidos o dos piezas muy de corte princesa que caben hayan inspirado a Lindbergh para envolver la campaña en su bosque encantado.
El día no es menos elegante y se tiñe de rojos y verdes con tinte otoñal pero no por eso menos luminosos; Ferretti cuenta con las chaquetas sastre para completar sus conjuntos y con complementos coordinados con la elegancia de las prendas que acompañan: los bolsos son de mano y los zapatos de noche sandalias que rodean el tobillo en un alarde adicional de sofisticación.
Nos gustan siempre las propuestas de Alberta Ferretti y, cuando hace que las cuente alguien con el arte de Lindbergh y las luzca la belleza atemporal y nostálgica de la Boscono, nos seducen sin remedio...
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