Su cuerpo se viste de encajes y bordados. Su piel, tan tersa, tan besable, seduce en amarillos, blancos y negros. Y sus labios que todo lo dicen, sólo completan esa sensación. La de seducción, la que la imagina bajo luz de atardecer, entre sábanas revueltas y una dulce sonrisa.
Porque Natalia tiene ese no se qué que enamora. Quizás sea su eterna adolescencia, su aire de Lolita, sus ojos azules, o su actitud. O quizás la suma de todas estas cosas, que la han convertido en icono de la moda y en musa de Etam desde la primavera de 2009.
Según ellos, Vodianova es dulzura, emoción, seducción y poesía. Y no, no vamos a ser nosotros quienes le llevemos la contraria, y menos después de esta última campaña.
Lencería para el 2013, donde ella no sólo posa. Ella además crea, diseña. Y en sus diseños están parte de su magia, de sus fantasías, de su gusto por la danza, la música y el movimiento. Con lo que sus prendas consiguen transmitir esa mezcla entre el confort y la elegancia.
Y así un siglo de después, la firma francesa con más de 5000 boutiques en todo el mundo, decide volver a hacernos cómplices de sus juegos de seducción, esta vez generando unas sensaciones tan delicadas como sensuales.
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