Promise. Picardía Blanco.
Lencería

Promise

A medida que evolucionen el día y tus compromisos, podrás ir transformando tu aspecto, ocultando o acentuando lo que se te antoje.

El look lencero, rabiosamente sensual y favorecedor, lleva varias temporadas tanteándonos con sus atractivos. Pero esta primavera dejará de ser sugerencia para instalarse como apuesta estrella. Se combina con otro de los looks en boga, el de working girl, uno de nuestros favoritos. ¿La clave?  Mejor explicarla con un ejemplo: combinar una camisa de corte masculino, sobria pero sexy, con una falda estrecha o un pantalón ligero y ancho. Desabrochar dos os tres botones y dejar que se vea la puntilla que adorna las cintas del sujetador, o un top con escote ribeteado de crochet… ¿El color de la lencería? Fabulosos los rosas palo. En los pies, taconazos y por encima, un trench de satén. A medida que evolucionen el día y tus compromisos, podrás ir transformando tu aspecto, ocultando o acentuando lo que se te antoje.

La firma lencera Promise reúne en su colección Luxury, todo lo que necesitas para adoptar esta tendencia lencera. Sus dos líneas Boho Chic y Japo, te permitirán hacerte con un pequeño arsenal de prendas variadas en tonos y hechuras, definitivo para resaltar con contundencia tus formas. Porque la clave de esta firma liderada por Roser Samón, que lleva 20 años confeccionando corstería, es que edita diseños que se adaptan a los diferentes tipos de cuerpo, ocasiones y vestidos.

¿Sus propuestas? Luxury Boho Chic tiene un vintage y Luxury Japo se inspira más bien en la sofisticación asiática. El primero nos trae los negros, los lilas, los estampados florales, el blanco off white (atención novias…)  y un maravilloso verde jade que no has de perder de vista. ¿La pieza? El sujetador balconet con o sin tirantes. La colección Japo apuesta por el escote haultier, triangular, y se decanta por el azul metalizado, los rosas pastel, el blanco níveo y el azabache intenso. En ambos, las blondas, las sedas, los mini ruffles, los volantitos, los lazos y el crochet campan a sus anchas. Lo que se adivine debajo, lo pones tú…

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