La chica de Jobim de incuestionable belleza y ese andar de contoneo imaginable tras el ritmo de la bossa nova, ya nos advertía de lo innato del seducir de la mujer brasileña. Que con esos compases de guitarra y de piano de fondo, que recrean la atmósfera que se debe respirar en una ciudad como Río, nos transporta al trópico, a paisajes de playas, y a sabores de papaya, guayaba y mango.
Y ahí comienza la historia. La que une a Hope, una firma de lencería de trayectoria tradicional en su quehacer lencero, con Gisele. Con ella. Con la top entre las tops, que con su sensualidad indiscutible, y sus diseños para la firma brasileña, nos acerca a esa niña de cuerpo dorado del sol de Ipanema, de la que hablaba Antonio Carlos.
Gisele Bündchen Brazilian Intimates, su marca, en esta su tercera colección, se desmarca con unos atrevidos Gold, Dandi, Felina, Diva, Rococó y Wish. Cinco opciones donde los encajes, las transparencias y el raso se tiñen de negros, turquesas, corales, fucsias y esos print animales que no fallan cuando uno asocia belleza, juego, y pasión.
Cinco posibilidades que forman parte de ese todo que es la sensualidad femenina. La que ella representa como protagonista de sus propias campañas. La que sus prendas, que dentro de cuatro meses volverán a marcarnos nuevas pautas de seducción, nos incitan a probar sin miedo, sólo con la decisión de quien se sabe fascinante.
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