Lencería

Cuando una geisha se desnuda

Marlies Dekkers presenta su colección de primavera y verano al calor de una geisha.

La cultura oriental ejerce un gran poder de atracción sobre occidente; su historia, sus costumbres y sus paisajes tanto naturales como urbanos nos atraen, más si cabe si hablamos de Japón, un país que nos ha seducido a través de los sentidos en lo emocional y en lo gastronómico; el misterio que encierra inmensa discreción japonesa y sus silencios han alimentado más si cabe sus leyendas y sus relatos, de ahí que a día de hoy, en pleno S.XXI el mundo siga rindiéndose a las memorias de una geisha.

Tan seductora resulta la imagen de la geisha en el imaginario occidental -dado que, obviamente, despoja a la figura de su lado oscuro y se limita a mostrarla en su lado luminoso- que la recurrencia a su evocación comienza a ser una constante, Bordelle lleva ya dos campañas consecutivas revistiendo su lencería con aires nipones, ahora Marlies Dekkers se suma a esta tendencia y nos anima a recrearnos en cada una de sus visiones lenceras sobre este icónico personaje japonés.

La geisha de Marlies Dekkers es más seductora que provocativa, es romántica y sensusal además de luminosa a la luz de las flores de un jardín japonés; pero ¿qué hay bajo la soberbia vestimenta de una geisha? sin duda, lencería, tal vez incluso de Marlies Dekkers porque sus piezas son bellas y coloristas, funcionales, románticas y terriblemente seductoras. Probablemente, las más indicadas para la intimidad de una geisha... o celebrar San Valentín.