El día que una mujer se viste de novia clásica luce un vestido largo y secreto de cola infinita, toca con un velo su cabeza y porta un bello ramo de flores naturales entre sus manos; todo para prometer amar por siempre y ser fiel al tiempo que recibe a cambio la misma promesa.
Rubricar tamaña promesa exige lucir bella de dentro afuera, desde lo que oculta el traje de novia hasta lo que se muestra en todos sus detalles porque la novia lo es ese día desde el amanecer hasta caída ya la tarde y con ella el día, esa noche es también la novia y como tal promete también vestirse en sus momentos más íntimos.
Promise, una firma que en su propio nombre parece confesar ya su sabiduría íntima en blanco y encajes, propone tres líneas distintas -de nombres a cada cual más sugerente- bajo un denominador común: la novia a la que esperan vestir.
Parisen es pura dulzura en bordados y satén, Princess toma tejido en los encajes clásicos y Portofino es minimalismo rindiendo la lencería a los tejidos lisos. Además, en las tres líneas se ofrecen un amplio abanico de modelos que harán que no haya novia tenga que renunciar a ninguna de las tres propuestas sea como fuere su vestido.
Y así, desde la más íntima intención, ella confiesa... I promise.
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